Sin música no hay fiesta, pero sin música de flauta y tambor, el carnaval otomí no tendría el mismo sentido

Además de los de tríos y bandas de viento, la música de flauta y tambor también es necesaria para acompañar el carnaval otomí.

“Ya que se cree que el tambor tiene un sonido aún mas fuerte y eso hace que se escuche en todos los cerros y en la tierra”.

“Además, el sonido del tambor ayuda a que el dämat’so (mal) escuche el llamado y esté con la gente disfrutando su fiesta”.

El tamborero don Leonardo Ramírez Pérez originario de Santa María, Apipilhuasco, Ixhuatlán de Madero nos cuenta esto que ya mencionamos, además de cómo aprendió y quién le enseñó a tocar esta música en su idioma otomí.

A pesar de la importancia que tiene esta música de flauta y tambor por lo que significa para la fiesta; ninguno de los jóvenes del pueblo de Santa María Apipilhuasco le ha interesado aprender a tocar los sones.

Don Leonardo dice que él aprendió observando a los tamboreros de antes, él seguía a los tamboreros cuando hacían el recorrido durante la fiesta de carnaval.

Ahora los jóvenes no se animan, dicen que les da pena aprender estos sones. “No deben avergonzarse, al contrario deberían de respetar la música y animarse a tocar el tambor y la flauta. Ya que cuando estos tamborero ya no estén en este mundo; desaparecerá también esta música”.

Es lo que nos sigue contando el tamborero Don Leonardo Ramirez Pérez de Santa María, Apipilhuasco, Ixhuatlán de Madero.

 

 

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