Desapareció la educación presencial y los alumnos sufren complicaciones.
Por más ganas que le echan maestros, maestras y estudiantes, no es lo mismo la educación a distancia. Apareció la palabra “no presencial” y todos sufren por no estar en el salón y en la escuela, sino solamente ver la pantalla de la computadora.
De por sí, en las comunidades el internet no sirve y los que pueden han de viajar a las cabeceras o a donde hay señal comprada para poder conectarse.
Para los días que vienen, no se sabe cómo seguirá la escuela. Ya López- Gatell dijo que a la mejor para septiembre pueden comenzar los cursos.
El tamaño del problema es grande, porque abarca a 35 millones de niños, niñas y jóvenes y a sus familias.
Lo que dicen los estudiantes es, no es lo mismo estar conectado que estar comunicado. Hace falta ver las caras, presenciales frente a frente y formando grupos de carne y hueso y no solo de imagen.
La voz es de Octavio, de la comunidad de Viborillas, que terminó su preparatoria en el CECIT y ahora se prepara para entrar a la Universidad para el Bienestar Benito Juárez en Carbonero Jacales.
Los deseos de los estudiantes se concentran en que pueda haber clases y cursos presenciales, aunque sea en grupos pequeños divididos de diez en diez.
La escuela es a la vez, enseñanza y convivencia, dicen…