Las empresas de energías renovables miran por su negocio, no por la gente.

 

Activistas de derechos humanos denunciaron en un foro que las empresas transnacionales de energías renovables causan conflictos y despojos en las comunidades, con el pretexto de producir energías limpias.

El foro fue organizado en la Ciudad de México por el Colectivo de Derechos Humanos PRODESC.

Joshua Castelino del grupo Derechos de las Minorías denunció que las empresas de energías limpias, como las que sacan energía del aire con aspas tipo ventilador, actúan igual que las de energía sucia.

No miran que en los campos donde instalan sus torres vive la gente. Se apoderan de los territorios y los recorren como si fueran suyos, contaminando suelo y agua. Lo que buscan es la ganancia inmediata y no el bien de los campesinos indígenas.

Como si la palabra renovable ya les diera licencia para meterse en los terriotrios zapocetcos del Istmo de Tehuantepec, tal cual como dueños colonizadores.

Así lo reveló la defensora del territorio Guadalupe Ramírez, de la comunidad de Unión Hidalgo, en el Istmo de Oaxaca. Dijo que la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos llegó en 2006 y engaño a las comunidades indígenas para alquilar las tierras de los campesinos e instalar los aerogeneradores.

Guadalupe denundió que los pobladores de Unión Hidalgo han exigido cancelar los contratos porque afectan la vida comunitaria. Pero la empresa no se sale de su territorio. Y otras ya anunciaron la construcción de nuevos parques eólicos, manipulando a las comunidades indígenas y amenazando a los que se oponen.

Finalmente, Irenge González Pijuan, miembro de la Alianza contra la Pobreza Energética, acuso a las transnacionals de energías renovables de no respetar el medio ambiente. Es necesaria una nueva manera de pensar los proyectos que garanticen la vida de los pueblos y la naturaleza.

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