En Benito Juárez la gente siembra y escarda y le pide a Ojá-Dios que no llegue el coronavirus.

Como en todas las comunidades de Texcatepec y también las de Zontecomatlán y de la huasteca, la gente se concentra en el trabajo intenso de la tierra, sembrando y algunos ya escardando.

Mientras el virus no se arrime, la gente está contenta. Va al pozo, a la leña, a recoger quelites, a pescar cosoles y se sienta en la tarde a platicar con la familia al calor del café.

Los domingos es día de ir a pedirle a Ojá-Dios a la capilla que la enfermedad nos deje en paz, para que este año pueda seguir el trabajo en la milpa hasta la fiesta de los elotes en septiembre y de la cosecha primera en Todosantos. N´go dú.

Benito Juárez es la comunidad más apartada del municipio de Tecatepec. Hay que subir desde Tzicatlán hasta el crucero de el Papatlar y de allí a la loma hasta el cerrito, el T’oho (en español suena como Tehe) que es el nombre otomí de la comunidad.

Ese apartamiento los pone más lejos de la contaminación del covid.

Es lo que nos platica Diego López Marciano, consejero de la comunidad…

 

La palabra es… incertidumbre. No sabemos cómo viene la enfermedad en los meses que siguen. Benito Juárez pone su ejemplo, viviendo tranquilos, cuidándose y rezando a Ojá-Dios.

 

 

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